Los pasados días 12-13 y 14 de Octubre tuvo lugar la segunda edición del Family Art Experience organizado por El Paisatge dels Genis y expeer.io
Una propuesta pensada para familias con inquietudes artísticas pero sobretodo con ganas de pasarlo bien y dar rienda suelta al «genio» que llevamos dentro. De la mano de Pablo Picasso, Antoni Gaudí, Joan Miró y Pau Casals que se inspiraron en los paisajes de la Costa Dorada y las Tierras del Ebro, os contaré como lo pasamos estos tres días.
Llegamos a Els Prats Village un Beach & Camping Park situado en Montroig donde estuvimos toda la estancia. He de decir que nos sorprendió gratamente todas las instalaciones, tanto el estudio en el que estuvimos como la zona de Piscinas, por no decir el acceso directo a la playa. Ideal para los peques. Un lugar tranquilo, sin masificaciones y con posibilidades de escoger entre diferentes bungalows y estudios si no dispones de caravana o tienda.
El primer día por la mañana empezamos nuestra aventura visitando Horta de Sant Joan, un pueblecito precioso donde se inspiró Picasso, situado en un entorno idílico: El Parque Natural dels Ports.
Llegamos al Convento de San Salvador en Horta de San Joan, donde nos dieron la bienvenida los fantásticos guías con un almuerzo para todos. Más tarde, hicimos las presentaciones del grupo de una forma muy divertida y nos pusimos en marcha con la primera actividad del Family Art Experience:
«Jugando a ser Picasso»
Una excursión de unos 20 minutos a la cueva de Sant Salvador, situada en la montaña de Santa Bárbara. Allí la super guía Júlia, nos explicó historias y anécdotas de Pablo Picasso que nos encantaron y dejaban boquiabiertos a los más peques. Como por ejemplo, que Picasso se vino a casa de su amigo Pallarés que vivía en Horta de San Joan para recuperarse ya que había caído enfermo en Barcelona tras tanto estrés .Era una persona muy bondadosa que no sabía decir que no a nadie y todo el que le pedía un retrato se lo hacía. Llegaron en tren desde Barcelona hasta Tortosa y luego estuvieron 3 días caminando hasta llegar a la casa de Pallarés. Allí al ver los magníficos paisajes y animales, se recuperó .
De regreso al Convento, recargamos pilas y nos hidratamos con un «piscolabis» que los guias molones nos prepararon. A continuación, instalaron un taller de pintura cubista en el mismo convento que tanto pintó Picasso en sus obras. Aquí podéis ver a mis pequeños artistas como pintaron su primer cuadro al más estilo Picasso.
Después de comer en Hotel Miralles, Júlia la simpática guía organizó una Yincana por Horta de San Joan donde nos permitió descubrir más rincones por los que Picasso había frecuentado.
El segundo día descubrimos la residencia de vacaciones de Joan Miró, Mas Miró, situada en Mont-roig del Camp. Fuimos muy afortunados ya que abrieron por primera vez sus puertas a familias como nosotros este año 2018. Un lugar que cautiva, desde sus estancias, sus suelos de la época que me enamoraron…pero lo más emocionante de la visita para mí fue ver su taller de pintura. Su bata de pintura, sus pinturas, sus pinceles, carpetas, paleta…era como si se hubiera ido un momento y en cualquier momento apareciera por la puerta. Fue realmente especial ese lugar, la luz que entraba llenaba toda la estancia de magia.
Mont-roig inspiró tanto al joven artista que después de su primer viaje decidió ser pintor. Para Miró, Mont-roig era un unvierso de colores: El rojo simbolizaba la Ermita de la Roca i el color que da nombre al pueblo. El Azul, el cielo de Mont-roig, el verde el color del las algarrobas y el amarillo la joya de Mont-roig, el color de las flores y pequeñas plantas. Nos comentó el guía una divertida anécdota: la mujer de Miró siempre se enfadaba con él porque donde quiera que iba siempre llevaba consigo una algarroba en el bolsillo o maleta, dejando el olor que desprende característico, ya que decía que mientras no estaba allí ese olor le transportaba a las tierras de Mont-roig y le inspiraba. Yo me acerqué a uno de los algarrobos que había en la finca para poder oler y sentir como Miró y es cierto que ese olor es muy especial.
Estuvo genial porque mientras los adultos hacíamos visita guiada por Mas Miró los más peques hacían un mural de pintura al más puro estilo Mironiano, con objetos de la naturaleza.
Cuando acabamos la visita, subimos a la montaña roja y a la Ermita de la Roca donde pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares mientras comíamos y hacíamos el taller de Escultura Minoniana intentando retratar con piedras y otros materiales la escultura tan famosa de Miró: Mujer y pájaro .
Por la tarde, nos fuimos a Reus, la capital del Baix Camp y ciudad natal de Gaudí. Allí hicimos la visita para familias en el Gaudi Centre“Observamos, escuchamos y tocamos” fue toda una diversión para los niños ya que es uno de los pocos museos que dejan tocar todo! y los niños alucinaban claro…
Mediante el juego los niños se iban involucrando cada vez más en las anécdotas e historias que contaba la guía. De esta manera, descubrían detalles de la vida de Gaudí de forma didáctica y participativa. Cada niño era un personaje del círculo más íntimo de Gaudí. Por ejemplo, mi peque se hizo pasar por el Sr. Güell (mejor amigo de Gaudí) con una capa negra, mi princesa era la Sra. Milá con un collar de perlas (una de las mejores clientas de Gaudí).
Al final de la visita, hicimos un taller de manualidades donde creamos nuestra propia obra gaudiniana, El Dragón de Gaudí. A base de decopatch, ibamos pegando a trocitos y nos quedaron dos dragones de lo más bonitos.
Tercer y último día, culminamos la aventura con música para nuestros oídos en: Fundación Pau Casals
Empezamos con la actividad «Sé músico por un día» en el que puedo ver por primera vez a mis hijos «tocar» el Violoncello!! toda una experiencia de la cual casi me emociono y todo de la emoción de verlos con semejante instrumento más grande que ellos. Con esta actividad además aprendemos todos los instrumentos que tocaba el gran Pau Casals.
Más tarde, conocimos a Robert, un músico amigo de Pau Casals que nos enseñó quien era, porqué le gustaba tanto la música y su tierra. Con una maleta en mano que parece ser se dejó olvidada Pau Casals en su casa, hace llamar la atención a los niños . Cada niño va cogiendo un objeto de la maleta: Partituras, gafas, batuta, pajarita…
Nos despedimos con la música del canto de los pájaros, un verdadero himno de la Paz que no deja indiferente al escucharlo.
De las veces que he visto más disfrutar a mis peques ha sido estos días, organización y actividades por parte de El Paisatge dels Genis y expeer.io de 10!! Resumiendo, Lo hemos pasado genial la familia al completo ya que a parte de divertido nos ha enriquecido culturalmente. Repetiremos!!
Anatwins 
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